EXTRAÑAR A UNA PERSONA, AVECES NO ES TAN MALO.
Extrañar a una persona, aveces no es tan malo, solo aveces, solo en ciertas ocaciones, como cuando caes en cuenta que en todos aquellos meses o años en los que estuvo cerca, se sintieron igual que ahora, vacíos, atemorizantes, melancólicos, en los que hiciste de todo para merecer su amor pensando y sintiéndote pequeño.
¡No!, aveces no es tan malo extrañar a una persona, porque tal vez es el momento cúspide de tu vida, en donde por fin empiezas a valorarte, donde encuentras todas esas cualidades que siempre estuvieron ahí, pero que por el dolor de ver que esa persona no podía verlas, tu también fuiste quedándote ciego y poco a poco las encerraste en lo más profundo de tí.
¡Sí!, para todo hay un complemento, sí, necesitamos de alguien a quién amar, alguien que te abrigue en las noches, o que irradie luz por las mañanas al verte, solo hay que asegurarnos de caminar como un ser completo, porque no podemos ser mitad naranja, esperando a que otra mitad nos complemente, no nacemos siendo solo cabezas, o solo siendo pies, nacemos completos, perfectos, somos una maravilla andante.
Asegúrate de ser una fruta exquisita, una que al probarla deleite los sentidos, que posea y se percate de todas sus cualidades, que busque otra fruta perfecta igual de sabrosa para complementar un festín, tal vez una fresa, esperando a una piña para elaborar un delicioso jugo.
AVECES SE EXTRAÑA A UNA PERSONA, PERO ES MEJOR SER UNA FRESA PERFECTA.
¡No!, aveces no es tan malo extrañar a una persona, porque tal vez es el momento cúspide de tu vida, en donde por fin empiezas a valorarte, donde encuentras todas esas cualidades que siempre estuvieron ahí, pero que por el dolor de ver que esa persona no podía verlas, tu también fuiste quedándote ciego y poco a poco las encerraste en lo más profundo de tí.
¡Sí!, para todo hay un complemento, sí, necesitamos de alguien a quién amar, alguien que te abrigue en las noches, o que irradie luz por las mañanas al verte, solo hay que asegurarnos de caminar como un ser completo, porque no podemos ser mitad naranja, esperando a que otra mitad nos complemente, no nacemos siendo solo cabezas, o solo siendo pies, nacemos completos, perfectos, somos una maravilla andante.
Asegúrate de ser una fruta exquisita, una que al probarla deleite los sentidos, que posea y se percate de todas sus cualidades, que busque otra fruta perfecta igual de sabrosa para complementar un festín, tal vez una fresa, esperando a una piña para elaborar un delicioso jugo.
AVECES SE EXTRAÑA A UNA PERSONA, PERO ES MEJOR SER UNA FRESA PERFECTA.
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